Impresionante polvareda la que ha levantado el
informe de la Real Academia sobre el Sexismo Lingüístico, como
evidenciaba ayer el estupendo reportaje de Winston Manrique. El texto de
Ignacio Bosque que ha originado la zapatiesta es magnífico y no tiene nada que
ver con las rancias gracietas de esos articulistas que se creen ocurrentísimos
al escribir “miembros y miembras”. La lengua es como la piel de la sociedad; se
adapta a los repliegues del cuerpo colectivo y sigue fielmente sus cambios. Es
un tejido vivo que no puede modificarse por decreto: los ortopédicos tropezones
de los “compañeros y compañeras” no son más que feísimas verrugas que, de
seguir creciendo desordenadamente, terminarán por convertir nuestro cuerpo
social en un deformado hombre (mujer) elefante. Es verdad que el lenguaje es
sexista, porque la sociedad también lo es. Cuentan las profesoras de párvulos
que a los muy pequeños hay que decirles “todos” y “todas”, porque, si no, las
niñas no se sienten aludidas. O sea: no es algo natural, sino un orden impuesto
y masculino. Pero eso no se arregla con voluntaristas verrugas verbales, sino
modificando la realidad. Porque el lenguaje se va adaptando a esos cambios:
hace seis años, al comienzo de las bodas homosexuales, nos chocaba que un
hombre llamara a otro “mi marido”, pero hoy ya no. Porque refleja una realidad.
Yo ya no uso “el hombre” como genérico, porque me chirría. Utilizo “el ser
humano” o “los humanos” y las frases quedan, creo, más naturales, porque la
sociedad ya ha dejado eso atrás. A veces, estando muchas mujeres con un solo
hombre, se nos ha escapado sin querer un “todas” y nos hemos reído. Quién sabe,
quizá en el futuro la concordancia se hará con el género que más abunde en cada
momento. Pero, de ser así, saldrá naturalmente; y me temo que antes tendríamos
que haber cambiado mucho.
Rosa Montero, EL PAÍS, 6 MAR 2012
A partir de este artículo de opinión, hemos comenzado a trabajar las tres primeras cuestiones de la PAU de este curso 2018-2019. Es normal, que las primeras opiniones nos queden escuetas y algo "sosas", pero estamos en el inicio de un entrenamiento que seguro que nos hará conseguir nuestra metas.
Para comenzar nuestro texto, es bueno centrar el tema, y para ello me remito a este blog de INTERMON-OXFAM donde explica qué es el sexismo lingüístico.
Muy interesante es también este reportaje, donde académicas y lingüistas (entre ellas Soledad Puértolas) opinan sobre el informe de la RAE.
En este artículo ("¿Por qué ser una zorra es malo y ser un zorro es bueno?") encontramos ejemplos cercanos que os harán entender mejor la cuestión que estamos tratando.
Podemos también recoger el hecho de que alumnos de Bachillerato de Tenerife hayan conseguido modificar la 5ª acepción de "fácil" en el Diccionario de la Real Academia (VER NOTICIA).
Y por último, para sonreír, la parodia que José Mota hizo del tema.